Nuestra piel es un órgano completamente versátil ya que se adapta constantemente a las condiciones que la rodean. Durante el invierno y el verano, experimentamos fuertes cambios en la temperatura, la humedad y la exposición a otros factores ambientales. Estos cambios estacionales afectan a nuestra piel de maneras diferentes y por ello es recomendable que adaptemos nuestras rutinas de cuidado facial para mantenerla en el mejor estado posible acorde con cada estación.
Cuidado de la piel en invierno
El invierno el clima suele ser frío y seco, lo que puede tener un impacto negativo en nuestra piel si no tomamos las precauciones necesarias. A continuación te explicaremos lo esencial para cuidarte la piel durante esta estación.
1. Hidratación intensa: Durante el invierno, debido a la sequedad del entorno es más importante hidratarse profundamente la piel y los labios. Una piel o unos labios secos con el frio pueden cortarse e irritarse.
2. Protección contra el frío: El viento y el frío pueden causar heridas superficiales en la piel como pequeños cortes y eccemas. Es recomendable usar productos que contengan ingredientes como manteca de karité o aceite de jojoba para crear una barrera protectora.
3. Exfoliación suave: Aunque la exfoliación es importante en todas las estaciones, durante el invierno es mejor optar por exfoliantes suaves y no abrasivos para eliminar las células muertas de la piel. Esto ayudará a mantener la piel radiante sin causar irritación adicional.
Cuidado de la piel en verano
En verano, por otro lado, hay que centrarse más en el calor y en la exposición al sol. A continuación te dejamos tres tips para cuidarte la piel durante esta estación.
1. Protección solar: Durante el verano, los rayos UV son mas fuertes que nunca y nuestra piel vive bajo riesgo de daño solar. Es muy importante aplicarse protector solar con un factor de protección (FPS) alto para proteger la piel de las quemaduras solares y el envejecimiento prematuro. Además, es recomendable evitar la exposición directa al sol durante las horas de mayor índice UV que suele ser entre las 12h y las 16h.
2. Hidratación: Aunque el calor puede incrementar el sudor, no debes olvidar hidratarte la piel. Es mejor utilizar cremas de sol ligeras de rápida absorción. Además es fundamental beber suficiente agua para no deshidratarse o sufrir una insolación.
3. Control del exceso de grasa: Con el calor, normalmente la piel produce más grasa, lo que puede llevar a brotes de acné y poros obstruidos. Durante el verano, es importante limpiar la piel a diario y de manera adecuada. Siempre recomendamos productos de origen natural y especializados para tu tipo de piel.
4. Protección ocular: Ya que los rayos UV también pueden dañar nuestros ojos, es muy importante utilizar gafas de sol siempre y cuándo vayamos a estar al aire libre para evitar problemas oculares, como cataratas o daño en la retina.
En conclusión, el cuidado de la piel varía según la estación y por ello es muy recomendable adaptar tu rutina de skincare según las necesidades del momento. ¡Con un buen cuidado podrás disfrutar de una piel brillante y saludable durante todo el año!